jueves, 24 de diciembre de 2015

El día más esperado


Recuerdo que sentía tanta fascinación por que llegará. Por los regalos escondidos, los adornos brillantes, el papel y las cintas, escribir nombres en pequeñas tarjetitas con tanto esmero, tanta dedicación. Eso hacía especial cada regalo, aunque a veces fueran más por deber que por querer. Sin embargo, siento ahora una profunda decepción. Un vacío que no puede ser llenado con un saludo a la mañana siguiente. No soy creyente, ni pretendo serlo, pues veo y siento que en cada uno existe un pequeño dios, el de nosotros mismos, pero tanta indiferencia en estas fiestas me ha dado una tristeza incontenible.
Me ocurre que cuando algo me toca la fibra emocional, miles de cosas más lo hacen al mismo tiempo. El resultado es nefasto y termino enojada o apenada por un montón de cosas que probablemente no tengan solución y parecen más bien una madeja de problemas enrollados al azar.
A estas alturas sigo creyendo que es mejor volver y desempolvar mis recuerdos, tesoros que me quiebran por dentro. El quiebre no hace daño, mientras tenga sus límites.
Siempre es mejor volver atrás.
Quedarse atrás.
Lejos de este lugar y de estas personas.

4 comentarios:

  1. Dhana: ¡Me encanta como escribes! Es tan lírica tu forma de redactar, eres como una princesita *-* ... *ejem ejem* Perdón por eso.
    Hay muchas cosas que nos parecen maravillosas cuando somos más pequeños, porque no somos capaz de ver la maldad en nada, y porque todo nos parece enorme y mágico, a medida que uno crece las cosas van perdiendo su magia, porque somos capaces de "botar la cortina" ¿Trágico, no? Pero mientras tengas esos recuerdos, esos tesoros contigo, significa que todo valió la pena, que algo de esa magia quedó en ti. Te deseo la mejor de las vibras en estas fiestas y ánimo con todo. Un abrazo. Te sigo <3

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    1. ¿Sabes?
      Es cierto aquello de que se pierde lo mágico. El misterio, la incógnita que antes era la cómplice de la ignorancia, pero esta bien. Es parte de crecer el olvido, el recuerdo, la nostalgia de tiempos anteriores, sólo que aún me cuesta asumirlo y me duele un poquito y me cuesta otro tanto.
      Por otro lado, gracias por tu comentario. Con este gesto ya me iluminaste este día, y quizás muchos más cuando recuerde que alguien escribió un comentario aquí. Sí, algunas personas vivimos de recuerdos y cosas que ya pasaron.
      De todas formas, gracias. Y felices fiestas y miles de abrazos cósmicos.

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  2. "El quiebre no hace daño, mientras tenga sus límites".
    Tengo que citarte aquí a Chantal Maillard sí o sí:

    "No existe el infinito:
    el infinito es la sorpresa de los límites.
    Alguien constata su impotencia y luego la prolonga más allá de la imagen, en la idea, y nace el infinito.
    El infinito es el dolor
    de la razón que asalta nuestro cuerpo."

    Es un párrafo de su libro Matar a Platón.

    Ojalá te pudiera iluminar las noches como el cometa que crees que soy, y deslumbrar esa indiferencia de la que hablas hasta dejarla ciega.
    Creo que no hay nada más tierno que cubrirse de magia, en días que hacemos especiales.

    Siento haber tardado tanto, he respondido en mi blog el comentario que dejaste en mi última entrada. Te mando besos huesudos para repararte un poco la fe en el mundo.

    Ojalá no te maten la ilusión.
    Ojalá creamos muy fuerte en las hadas.

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  3. Querida mía, gracias por leer mis pensamientos y confía en mi cuando te digo que tus palabras, tus párrafos no son en vano. Cada comentario, cada opinión me traen más luz de la que deberían, me aturden y por unos segundos me dejan ciega, instantes maravillosos. Es como un vacío que es llenado a rebalsar.
    Y así me siento cada vez que leo desde mis llanuras tus profundidades, tus abismos que dejas abiertos para quien quiera echar un vistazo, para consolarse y aferrarse de tus alientos, de tus experiencias.

    Sólo puedo agradecerte y nada más, pero ten en consideración que son las gracias más sinceras que puedo ofrecerte.

    Gracias.

    También, gracias por la cita de existencialismo de Chantal Maillard.

    Y a su vez, ¿cómo has estado?
    ¿Qué han sido de tus días?
    Cuéntame de ti.

    Por cierto, ambas lloramos en las mismas fechas. Sólo espero que no por los mismos motivos. Sería demasiada coincidencia.

    Como siempre, abrazos cadavéricos para ti.

    Y no te preocupes, mis hadas viven donde nadie puede borrarlas y allí son eternas. Pero afuera se rinde culto al escepticismo, la realidad.

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