miércoles, 30 de agosto de 2017


Condeno toda falta de justicia, toda falta de equidad, tanto en el trato como en el maltrato y por cualquiera sea el dios o los dioses, entidad o entidades divinas que gobiernen este mundo a su antojo, deseo escupirte en la cara, justo encima de tus ojos altaneramente ciegos. Padeces de la ceguera de la arrogancia, de la prepotencia y del orgullo. Escupiría también estas palabras, si tuviera la iluminación correcta en el momento correcto, pero nunca sé determinar cuál es ese momento. ¿Cómo es posible que una mujer, madre de cuatro hijos, no se percate de la maldición e uno de ellos? Trato de convencerme de que es por los tiempos contemporáneos y sus nuevos ideales e ideas. Presiento que tus restricciones son la base de mi protección y muestra de tu afecto, pero así como pienso eso también pienso que es sólo una fachada, que soy probablemente el génesis de un problema y tú buscas su evasión completa. Pregúntale a mis ojeras, a mi grasa acumulada, a mis atiborramientos y a mis excesos. Aún cuando me quiebre delante de usted, simplemente no ocurrirá nada. Ya ha sucedido y al parecer mi llanto no es suficiente, mis marcas no son suficientes. Siempre me he mostrado complaciente, he trabajado para ser tu orgullo y me he transformado en una amalgama de problemas por dentro y alguien aparentemente apática por fuera. Escupiría sobre ti todas mis maldiciones, todas mis plegarias, porque siento y confirmo con el tiempo que no hay nada. Estoy segura de que si desaparezco, llorarías lo justo y necesario para guardar las apariencias de otros que sufrirían más. Para padecer algo que obviamente no estás padeciendo. Me duele tu ignorancia, tu ignorancia hacia mí y tu indiferencia también. Nada te puedo pedir, porque no se me está permitido pedirte nada: tú lo das todo, en una forma material. Soy despreciada por mi madre y mis hermanos. Por mi padre también, que ya no se dirige hacia mí. ¿Es un crimen ser una persona? Quiero llorar y que alguien se de cuenta de que estuve llorando. ¿Por qué se preocupan tanto por la extroversión de la personalidad? ¿Es que acaso los demás problemas no existen, no hay? Siempre he sido profundamente insegura, muy insegura. Es un suplicio cuestionarse a cada tanto si el afecto, sobretodo el de usted, es real o es irreal. Todo me sabe a la más ignominiosa farsa, de la cual todos son actores que quizás motivados por la compasión o el aburrimiento vienen hacia mí. ¿Esto no cuenta como un problema? ¿Será éste el motivo por el cual creo necesitar ayuda? Nadie ha notado nada aún, aunque yo sólo quería expulsarlo de mí. Quería que de repente, en una de esas escenas de purgación en la bañera, entrara mi madre, me abrazara y me consolara. El vómito fluyendo por mis piernas, la sangre saliendo de mi boca. A nadie le importa lo que me sucede, y eso me apena. Me hace preguntarme si de verdad valgo la pena. Tengo la idea de que nadie es especial, yo misma no lo soy, pero si al menos pudiese remover un poco estos cimientos. Quiero sentirme viva, dejar de lado la irrealidad. Quiero sentirme querida. Quiero un sentimiento que me parezca real. O almenos un farsa que me parezca real, más real de lo que podría imaginar para que así pueda calzar en mi cabeza. 

1 comentario:

  1. Mi niña bonita..... ojalá pudiera desplazarme en el momento exacto para entrar al baó y abrazarte mientras vomitas.
    Quisiera quitarte todos los demonios, cantarte para que te duermas. Las madres son una herida eterna, la mayor de todas. No importa lo que pase después, por malo que sea. Cuando el apego con la madre ha sido seguro,la persona suele estar preparada para enfrentar casi cualquier cosa, o al menos para poder gestionar su bienestar emocional si la situación es irresoluble.

    Sinceramente, no sé qué les pasaba a nuestras madres. Es como si hubiesen sido progamadas para acabar con su propia estirpe. Quizá debiéramos compadecerlas, no lo sé.

    Yo a veces imagino que tengo otra madre, una madre mágica, élfica,la verdadera, la que sí quería tenerme. Pienso que viene a verme por las noches. Cuando pienso esto lloro muchísimo, pero siento algo de paz.

    Me tienes aquí Dhana, estoy muy lejos físicamente, pero en lo que cuenta estoy justo a tu lado. Háblame cuando quieras.

    Te abrazo muy fuerte.

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